La estrategia empresarial implica elegir un camino que facilite la consecución de objetivos. A menudo, esto se asemeja a una apuesta en la que los jugadores estratégicos deben minimizar los riesgos inherentes a comportamientos futuros. Dentro de este marco, se entrelazan variables que pueden ser controladas y no controladas por una organización. Sin embargo, es crucial atreverse a tomar riesgos, ya que dejar todo al azar puede ser mucho más peligroso. El término ‘riesgo’ proviene del latín ‘risicare’, que significa atreverse. Por lo tanto, atreverse a ser audaz, intrépido y valiente es fundamental en el mundo empresarial actual.

Las innovaciones en el Modelo Estratégico de Ajuste Dinámico (MAD), que se utilizan para el seleccionamiento estratégico, se resumen en tres acciones fundamentales:

El autor de esta obra, Guillermo A. Baena López, presidente internacional de la Sociedad Latinoamericana de Estrategia (SLADE), tuvo la oportunidad de compartir y ampliar conocimientos sobre este modelo durante el Congreso de SLADE en 2010 en Guayaquil, Ecuador. Además, el modelo de ajuste dinámico propuesto en esta obra requiere una revisión profunda de la naturaleza de la planificación estratégica.

Es interesante destacar las palabras del profesor de liderazgo estratégico del London Business School, Constantino Markides, quien señala que el seleccionamiento y la implementación estratégica es un proceso integrado, continuo y sin fin. Este proceso exige una re-evaluación constante y permanente.

Asimismo, en el Congreso de SLADE en Córdoba, Argentina, Baena (2009) enfatizó que las empresas operan en un marco de gran complejidad. Por lo tanto, es imperativo acortar los horizontes estratégicos y hacer que la estrategia sea más dinámica, continua y menos rígida, sin caer en la total informalidad. Se requiere un enfoque más innovador y disruptivo, así como un estudio y monitoreo constante, manteniendo un alto grado de sensibilidad hacia lo inesperado.